• Estas, generalmente, son el resultado de un traumatismo directo y los signos habituales de fracturas están presentes.
• Son fracturas que deben inmovilizarse colocando el brazo a la altura del tórax y luego pasando una banda sobre el tórax para que no haya movimientos de rotación del miembro durante el transporte.
Fracturas de húmero
• Fracturas que requieren atención y cuidados durante la manipulación prehospitalaria, ya que muchas veces pueden complicarse con lesiones vasculares y nerviosas, debido a la proximidad de vasos y nervios al hueso;
• En caso de fractura humeral, siempre se debe buscar cambios en la sensibilidad, movilidad, color, temperatura y pulso. El estudio de la movilidad es pasivo, es decir, es la víctima la que se mueve o no. El equipo de urgencias prehospitalarias no debe movilizar activamente la extremidad a riesgo de agravar las lesiones existentes.
• En ausencia de pulso radial, la tracción y la alineación deben realizarse inmediatamente, seguidas de la inmovilización.
• El nervio que se lesiona con mayor frecuencia es el nervio radial. Esto se presenta característicamente con una ‘mano colgante’, la víctima no puede extender la mano.
• Las fracturas medianas o distales deben inmovilizarse con férulas rígidas hasta la axila, mientras que las fracturas proximales deben inmovilizarse como las lesiones de cintura escapular.
Fracturas de antebrazo
• Los signos y síntomas de las fracturas pueden estar enmascarados por el hecho de que hay una fractura de un solo hueso (radio o cúbito).
• En esta situación, el otro hueso actúa como una férula. Sin embargo, los movimientos de rotación pueden causar lesiones porque permiten que se muevan las partes superiores de los huesos.
• Por lo tanto, las reglas generales del tratamiento de fracturas se aplican aquí sin excepción.
• Puede resultar de un traumatismo directo (caída sobre el codo) o indirecto (caída sobre la mano con el brazo en extensión).
• Las fracturas de la extremidad distal del húmero a veces se complican por lesión vascular de la arteria humeral, y siempre se debe controlar el pulso radial.
• La inmovilización debe realizarse con una tracción mínima sin forzar, ya que la flexión asociada al edema que suele aparecer puede comprimir los vasos que pasan a la altura del codo, impidiendo el flujo sanguíneo normal.
• A nivel de los dedos, el mecanismo más frecuente es el traumatismo directo en los dedos.
• La fractura de muñeca más frecuente es la fractura de Colles. Esta fractura generalmente se presenta con una deformidad de muñeca ‘bifurcada’.
Fracturas pélvicas
• Este tipo de lesión requiere un manejo cuidadoso, con inmovilización en camilla de vacío y transporte cuidadoso al hospital. La pérdida de sangre es muy voluminosa por lo que hay que tener especial cuidado con los signos de shock hipovolémico.
• La técnica de rodar debe evitarse a toda costa en la movilización de estas víctimas.
Fracturas femorales
• La impotencia funcional y el acortamiento de las extremidades son algunos de los signos.
• El signo típico de este tipo de fractura es la rotación externa del miembro inferior, con el pie hacia afuera.
• el abordaje a realizar ante la sospecha de una fractura del cuello femoral sigue las reglas básicas de inmovilización de las fracturas: tracción, alineación e inmovilización realizada con férulas largas hasta la cintura y sobre el pie, para mantener la tracción y la alineación del miembro.
Lesiones de rodilla
• Cuando la lesión sea consecuencia de un traumatismo directo (caídas de rodilla, accidentes deportivos y accidentes de tráfico) nunca olvide buscar otras fracturas asociadas: fémur, cuello femoral y pelvis;
• Las lesiones de rodilla pueden ser graves, ya que a menudo se asocian con lesiones vasculares y nerviosas.
• La inmovilización debe realizarse en la posición en la que se encuentra la extremidad, si no es posible la extensión.
Fracturas de tibia y peroné
• Suelen ser consecuencia de traumatismos directos (accidentes de tráfico) y pueden fracturarse ambos huesos o sólo uno de ellos (tibia o peroné);
• Son las fracturas expuestas que se encuentran con mayor frecuencia, ya que la tibia se encuentra inmediatamente debajo de la piel;
• La inmovilización sigue las reglas básicas ya mencionadas.
Fracturas de tobillo
• A veces estas fracturas se complican por dislocación de la articulación con circulación comprometida (el pie comienza a ponerse morado), en cuyo caso es permisible tratar de alinear el pie con el resto de la extremidad para facilitar la circulación.
• Si esto no es posible, se debe inmovilizar tal como está y transportarlo rápidamente al hospital.
Fracturas de pie
• Inmovilizar de acuerdo con la sospecha aunque la víctima no presente signos sugestivos.
• Dado que el edema en este tipo de fracturas suele ser grande y rápido, el calzado debe retirarse con maniobras suaves para no agravar las lesiones existentes.
• El pie debe mantenerse elevado durante el transporte e inmovilizado con férulas.