La temperatura exterior elevada combinada con un alto porcentaje de humedad puede causar un golpe de calor. Esta condición es potencialmente mortal y ocurre debido a una mayor producción y/o menor liberación de calor corporal. Suele presentarse en lactantes y niños pequeños debido al escaso desarrollo de sus centros termorreguladores y en personas mayores. El aumento de la humedad durante el calor del verano y el sobrecalentamiento inadecuado del cuerpo con la ropa y las mantas contribuyen a la aparición del golpe de calor. Suele ocurrir en salas de competición sobrecalentadas, en excursiones, etc. También ocurre en situaciones en las que una persona está expuesta a un trabajo físico pesado en un ambiente cálido y húmedo (con atletas, soldados y trabajadores manuales). Los síntomas y signos de un golpe de calor incluyen: temperatura corporal alta que puede subir a 41 °C en 10 a 15 minutos, pulso acelerado, taquicardia, respiración rápida y superficial, sed, dolor de cabeza intenso y punzante, mareos, ritmo respiratorio irregular, zumbido en los oídos, debilidad y pérdida de consciencia. La sudoración se detiene y la piel se vuelve seca y caliente.
Primeros auxilios:
Si el lesionado está consciente, el conjunto de medidas y pasos para reparar el golpe de calor comienza por trasladar al lesionado a una sombra o a una habitación fría y ventilada, y colocarlo en decúbito supino con un cabecero alto (Fowler). Se baja la temperatura corporal quitando el exceso de ropa y enfriando con agua fría (pero no más fría de 18°C), colocando compresas frías en la parte posterior de la cabeza y la cabeza, envolviendo la ingle, el cuello, la espalda y las axilas con una sábana húmeda. Se debe continuar el enfriamiento hasta que la temperatura corporal descienda a 37,5 °C. Asimismo, se debe dar al lesionado té, jugos de frutas y agua con sal para compensar la pérdida de líquido, es decir, sudoración y mantener una temperatura corporal normal.
Si la persona lesionada está inconsciente, debe colocarse en una posición lateral de seguridad, debe controlarse su respiración y deben abrirse sus vías respiratorias. Además, es necesario medir constantemente la temperatura corporal y, de acuerdo con la altura de la temperatura, enfriar a la víctima.